Primero vinieron a por los controladores aéreos,
y yo no hablé porque no era controlador aéreo.
Luego vinieron por los funcionarios,
y yo no dije nada porque había suspendido las oposiciones.
Después vinieron por los sindicalistas,
y yo no hablé porque ni siquiera estaba afiliado.
Luego vinieron por los comunistas
y se encontraron con que ya no quedaba ninguno de verdad.
Y se llevaron a los gitanos
(porque a alguien había que llevarse).
Entonces vinieron por mí,
pero resultó que yo sólo era un pobre pastor belga
y no interesaba a nadie.
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