Los tranvías se han convertido en vehículos para hombres, para hombres duchos en equilibrismo y atletas. Las mujeres, las sufridas mujeres que aguantan horas y horas en las aborrecibles colas, tienen que renunciar al tranvía, a menos que se presten a viajar lapidadas, soportando los empujones de unos y otros.
viernes, 17 de enero de 2014
Problemas de ayer... ¿y de mañana?
Así relata, con un punto crítico-sarcástico, las condiciones del transporte público la revista "El comité de vecinos" del 24 de enero de 1937. Pero no nos riamos demasiado. Que como siga esto así, mañana nos podemos encontrar con lo mismo: por el momento, todos sabemos que el metro y los autobuses pasan menos, van más lento, se paran más y son más caros. Que nadie se crea que hemos tocado fondo:
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