Superventas en Italia, llegó el año pasado a España, gracias a la editorial Salamandra, "Educación Siberiana" de Nikolai Lilin. Jaleado sin el menor ánimo crítico por una orda de periodistas ávidos de sensacionalismo, ahora también ha dado lugar a la filmación de una película protagonizada por John Malkovich que a buen seguro reimpulsará su venta en las navidades del año que viene. Y lo cierto es que el libro entra muy bien. Pero es éticamente dudoso venderlo como una autobiografía, cuando es más que cuestionable que lo sea.
Estilísticamente no se puede decir que sea gran cosa, pero tampoco lo pretende, ni falta que le hace, a mi parecer. Transmite muy bien lo que quiere transmitir, entra muy fácilmente y engancha, engancha mucho, en buena medida gracias a la construcción global del relato. Y eso siempre es de agradecer.
Chirrían las traducciones y las transcripciones. Se nota que llegan al español vía italiano y, entre eso y las erratas y la deficiente calidad de la traducción en algunos casos, la gran mayoría de las palabras originales se hacen completamente irreconocibles. Empezando por que no sé exactamente a qué palabra rusa corresponde "criminal", cosa que no es baladí al caso. Luego hay casos muy extremos en los que no habría costado nada evitar el error, teniendo en cuenta que se trata de un "superventas". Por ejemplo, no llamar a Rostov del Don, en repetidas ocasiones, "Rostov del Ron"... En fin... En ese sentido, muy mal.
Y en su contenido es un libro tramposo que mezcla varias cosas.
Sobre todo, es una novela: un producto claramente comercial, orientado a la venta, y que explota una cierta mirada romántica sobre la mafia que ya ha vendido mucho en Occidente. De allí los adornos y, con toda probabilidad, muchas ocultaciones de los aspectos más difícilmente presentables de la historia.
Pero también es un documento. Sea como fuente directa (como pretende) o indirecta de información, está claro que el autor se ha esforzado por estar bien informado sobre el mundo criminal ruso. En ese sentido, el libro tiene gran interés y además habla de una región bien poco conocida como es Transnistria.
Y en tercer lugar -lo más polémico- es que pretende ser una autobiografía.
De toda autobiografía se espera que sea subjetiva y en este caso es personal (y personalista) a más no poder. Es una visión del mundo dividido en "buenos" y "malos", donde el autor es además "el mejor". Y no deja de serlo ni al final, cuando intenta relativizar un poco lo relatado...
Por otra parte, al igual que tiene buen conocimiento de unas cosas de las que habla, no tiene ni idea de otras que presenta como "hechos" (por ejemplo, los judíos nunca han sido declarados "enemigos del pueblo" en la URSS). Y eso ya de por sí arroja la sombra de la duda sobre la veracidad del resto del texto.
Es cuestionable, en fin, el mismo hecho de que la obra sea autobiográfica. Sólo con una prensa caben los hechos relatados en "Educación siberiana", su paso por Chechenia, sus dos pasos por la cárcel y su etapa en Israel... en los 23 años de vida, a los que aparece Nikolai, siempre según su propio relato, en Italia.
Algo muy significativo al respecto es que el autor se sigue negando a que se traduzca el libro al ruso aunque en ello habría tenido, sin duda, unos resultados de ventas excelentes. Y eso es porque la parte de impostura que contiene en Rusia sería rápidamente desenmascarada. Sólo con las noticias que llegan sobre el libro desde el extranjero, la runet ya se ha llenado de chascarrillos al respecto de lo bien que Lilin se ha espabilado para ganar pasta ofreciendo al lector occidental precisamente la imagen que este espera de los rusos. Hay quien lo tiene por un farsante total y quien dice que es un delincuente menor que no ha vivido ni la cuarta parte de lo relatado, pero el caso es que no parece haber una sola persona en Rusia que se crea que se trate de una verdadera autobiografía.
Pues bien, decía yo que es un libro tramposo porque mezcla los tres niveles: la pretendida autobiografía, el colorido novelesco y el interés documental. Un buen lector deberá esforzarse, por tanto, por separar la paja del grano.
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Y de propina algunos apuntes reflexivos sobre las sectas y las comunidades en Rusia.
Simplificando mucho, los espacios sociales europeos y los estadounidenses, se pueden describir como verdaderas sociedades nacionales los primeros, mientras que los segundos son, en gran medida, comunidades y sectas. En las "sociedades" puede haber tendencias diferentes e incluso opuestas, pero todas ellas se posicionan respecto al mismo eje (o, como mucho, dos ejes) Es decir, siempre definen su posición en relación a los demás, son como identificables con unas coordenadas sobre la totalidad del espacio social. Mientras que las comunidades y las sectas están, en mayor o menor medida, replegadas sobre sí, y se articulan entre ellas de formas muy diversas y variables.
Pues bien, aunque Rusia se asemeja más al modelo (si se le puede llamar así) europeo, ofrece también mucho espacio al desarrollo del comunitarismo y del sectarismo (puede que simplemente por sus características geográficas). De allí que el tema de la nacionalidad (en contraposición a la ciudadanía, que es la misma para todos) sea tan importante. De allí también la larga historia de cismas en la religión ortodoxa y la mayor descentralización de su iglesia, en comparación con la católica (sin llegar, claro, al protestantismo).
1 comentario:
Interesante entrada. Bien trabajada.
Gracias.
http://yugoslavos.blogspot.com
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