viernes, 16 de diciembre de 2011

La montaña rusa de la competitividad


Emulando los vaivenes de la economía capitalista, la vida del individuo competitivo se vuelve también una montaña rusa: un día se siente una mierda, al día siguiente, dios.

El que siempre se compara nunca está tranquilo: siempre se encuentra por encima o por debajo. Además la medida en que es superior o inferior se vuelve irrelevante, porque lo único importante es el orden.

Un buen corredor se sentirá feliz consigo mismo si progresa y se va superando a sí mismo. Pero una décima de segundo será suficiente para hundirlo en la miseria si es altamente competitivo y no queda primero.

La dicha es la paz. Y esta es imposible para quien elige lo que quiere hacer o necesita tener siempre con un ojo puesto en lo que hacen o tienen los demás. La competitividad es uno de los principales tormentos de la humanidad.

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