domingo, 20 de junio de 2010

Atrapado

Desde hace un tiempo me siento atrapado.

Atrapado entre quienes quieren prohibir el burka por racismo puro y duro, y quienes no ven en el burka más que un simpático atuendo étnico.

Atrapado entre quienes odian a las prostitutas porque proyectan sobre ellas su misoginia, y quienes creen que ser puta es una profesión como otra cualquiera.

Atrapado entre quienes rechazan todo lo tradicional -porque rechazan lo sencillo y popular- y quienes resucitarían, si les dejasen, hasta los combates de gladiadores.

Atrapado entre quienes han hecho del científico el nuevo santo incorruptible, y quienes ven en la ciencia un maligno mecanismo del poder.

Atrapado entre quienes creen que hay una conspiración de capitalistas para controlar el mundo y quienes creen que el capital no intenta controlarlos.

Atrapado entre quienes piensan que la única razón posible es la de los libros en los que les ha dado por creer, y quienes no creen que haya razón alguna en absoluto.

Estoy en la misma trampa que buena parte de la izquierda actual. Nos obligan a elegir, nos recluyen en una rígida agenda, la moderna mordaza mediática. Nos destierran del terreno del sentido común y nos privan de la que ha sido una de nuestras armas ideológicas más fuertes, la racionalidad.

Y así unas izquierdas se lanzan incautamente a los brazos del irracionalismo -sólo para desmarcarse de sus enemigos ideológicos. Otras izquierdas se entregan a debates circulares que ya no interesan a nadie desde hace décadas. Y otras "izquierdas" intentan desesperadamente agarrarse a sillones que llevan demasiado tiempo calentando.

También hay izquierdas vivas, izquierdas que pelean por hacerse oír y no se resignan a elegir entre sus dos absurdas opciones. Pero se están quedando sin espacio para respirar. Hay que hacerse oír, ahora que aún se está a tiempo: la razón, el sentido común, la dialéctica, el respeto, la solidaridad y la justicia no son una opción más. Son nuestra única posibilidad.

1 comentario:

Pepe dijo...

Joder, Antonio, ahora te he visto bien.

Un artículo cojonudo.