Si queremos estudiar la anatomía de una rana, nada de malo hay en ello. Pero si, más allá de describirla, queremos entender por qué es como es, qué "significa" ser una rana, no hay más remedio que atender a su contexto ecológico y a la teoría de la evolución. Una rana es "constatable" pero "incomprensible" fuera de su entorno y separada de los distintos elementos que lo componen.
Del mismo modo, nada de malo hay en los estudios psicológicos. Pero no pasarán de ser limitados apuntes sobre cómo somos si no incluyen los diferentes niveles de lo social. La sociedad es nuestro contexto y nunca ha habido un ser humano sin sociedad, igual que no ha habido una rana sin hábitat. Más aún: la rana no es sino un resultado de su interacción con el hábitat, igual que el ser humano no es sino un resultado de su interacción social.
Lo social es la "Ecología" de la psique humana.
viernes, 25 de septiembre de 2009
jueves, 3 de septiembre de 2009
No vivimos para conocer. Conocemos para vivir.
En origen, no vivimos para conocer, sino que conocemos para vivir. Esto, que puede parecer muy evidente, en realidad nos dice mucho sobre la naturaleza de nuestro conocimiento y, por tanto, sobre cómo entendemos el mundo. El amor a la verdad como inclinación natural humana o el conocimiento puro como sentido de la vida no son sino construcciones ideológicas o reacciones psicológicas a unos contextos determinados.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)