martes, 24 de mayo de 2011

Burbujas

Es el mayor drama de la especie humana. Cada uno vive en su propia burbuja. Hasta tal punto estamos encerrados cada uno en nuestro propio mundo informativo que en ocasiones el hecho de la comunicación parece un auténtico milagro.

Siempre vivimos en la ilusión de formar parte de la mayoría gracias a que nuestro entorno cotidiano es muy poco representativo y está fuertemente sesgado. Incluso en un mundo tan "abierto" como el nuestro -con, aparentemente, numerosísimas fuentes de información- nos las apañamos para centrar nuestra atención en aquello que confirma nuestras visión del mundo y rechazamos por minoritario y raro lo contrario. ¡Cuántas veces que me he encontrado personas de izquierda tachando de frikis a los votantes del PP... en Madrid, donde la derecha lleva cosechando amplias mayorías desde hace ya décadas!

Si las suposiciones de uno encima son reforzadas no sólo por el entorno personal sino también por el mediático la cosa se agrava. Políticamente eso se traduce, por ejemplo, en el bucle PP-PSOE y el propio sistema de democracia representativa que tiene absortos a más de siete millones de españoles que ni se imaginan otras alternativas.

De la misma fuente mana también la incomprensión del mundo socio-político-mediático en el que viven los catalanes y los vascos. A partir de allí, ya no importa cuántas personas pueden salir a la calle ni cuántas votarán a qué opción, que serán todos irracionales, obcecados, malvados, desleales, egoístas, etc.

De hecho, esa es una tendencia recurrente: tachar a cualquiera a quien no comprendemos de irracional...

Una cosa paradójica pasa con el individualismo ideológico. Parecería que las ideologías más sociales debieran hacernos más cerrados con lo extraño. Pero curiosamente el florecimiento del individualismo ha dirigido nuestros esfuerzos tanto en la reivindicación de nuestra originalidad e individualidad, relajando el esfuerzo necesario bien informados.

Tan limitados han resultado los antiguos rehenes de su grupo, como los nuevos "librepensadores". Aquellos por la homogeneidad de la información de la que se nutrían, éstos por la falta de información y/o de herramientas interpretativas para procesarla. La libertad de opinión es importante pero no una cura para la ignorancia.

Como decía, es un drama: no nos entendemos, no nos escuchamos... Nos hemos vuelto demasiado listos para hacer caso a nadie. Pero en realidad sólo vemos lo que queremos ver y oímos lo que queremos oír. Ni nos damos cuenta de cómo desviamos la mirada de lo que contradice nuestras preconcebidas ideas. De que constantemente respondemos antes de haber entendido lo que se nos está diciendo, porque lo único que importa ya es responder...

No hay comentarios: