viernes, 15 de mayo de 2015

Es la política, estúpido

Anoche tuvimos que ir a urgencias por una posible complicación del embarazo. Al final, falsa alarma, no era nada. El mal rato, sin embargo, lo pasamos. Ansiedad por la salud de la mamá, ansiedad por la salud del feto, ansiedad por no saber qué hacer mientras tanto con la otra niña, ansiedad por la falta de indicaciones concretas de los médicos, ansiedad por tener que trabajar a la mañana siguiente...

Pero al menos no experimentamos la ansiedad de tener que decidir si nos podíamos permitir ir al hospital o no. No quiero ni imaginar lo que habría sido tener que pensar, en medio de una crisis de ese tipo, en el dinero. Es asqueroso, con todas las letras, que haya países (tan ricos como Estados Unidos, por ejemplo) donde a la gente se le fuerce a hacer cuentas hasta que, quizá, ya resulta demasiado tarde. No permitamos que aquí se salgan con la suya quienes nos quieren llevar al mismo punto. Vayan de conservadores o de liberales, de azulitos o de naranjitos...

«¡Tú lo llevas todo a la política!»

Pues claro. Es que, parafraseando a aquel ilustre personaje: «Es la política, estúpido.» Toda nuestra vida, desde antes de nacer, está marcada por decisiones políticas.