miércoles, 7 de septiembre de 2011

Matar los tiempos muertos

Siempre falta tiempo. Parecería que uno siempre está ocupado, pero luego resulta que no se da abasto con todo lo que se tenía previsto y nos preguntamos en qué se ha ido nuestro tiempo.

La clave está en eliminar esos ratos que se comen nuestra vida y que consisten simplemente en quedarnos mirando por la ventana a los transeúntes, o distraernos con algo que se escucha en la tele, o examinando las últimas chorradas publicadas en facebook, u hojeando distraídamente las últimas noticias de nuestro equipo favorito...

El mecanismo es siempre el mismo: "ahora me pongo, pero antes voy a hacer esto un segundo..." ¡Mentira cochina! Alargamos esos ratos como si nos dieran la vida cuando en realidad nos la quitan. Nos parece que así robamos tiempo a las obligaciones, pero en realidad se lo robamos a nuestro descanso. Porque por culpa suya nuestra vida parece siempre abarrotada de quehaceres y sin espacio para descansar sin tener el agobio de las tareas pendientes encima. Son tiempos perdidos, muertos.

Matarlos es la forma de hacer todo lo que tenemos que hacer y disfrutar habiendo terminado. Porque no hay descanso como el de quien ha cumplido, el descanso del guerrero: eso sí es tiempo de vida.