miércoles, 16 de noviembre de 2011

Un poco para todos

Hoy tengo un poco para todos.

Para aquellos que, alucinados con el tirón del 15-M, se creen que están inventando la bicicleta. Repiten simiescamente que todos los partidos son iguales, sin darse cuenta de que pocas cosas de las que reivindican ahora son realmente novedosas.

De que mucha gente, antes que ellos, estaba denunciando la corrupción de la política y reivindicando los derechos sociales. Gente que lo hacía, con toda la buena voluntad del mundo, desde los partidos y los sindicatos, y sin ningún interés personal. Y que, de hecho, fueron quienes conquistaron todo eso que ahora nos quieren quitar: la sanidad y la educación públicas, las ayudas a los parados, las pensiones, los derechos laborales, etc. etc.

Nada de ello se consiguió con explosiones espontáneas de indignación social, sino con un trabajo organizativo paciente, metódico y tenaz.

Así que menos arrogancia y más respeto. Y más preguntarse sobre por qué ahora nos ha entrado esta fiebre movilizadora y durante años, décadas, no hemos movido un dedo mientras otros se dejaban la piel luchando.

Pero, como ya he dicho, hoy tengo para todos. También para aquellos que contemplan el 15-M como unos indeseables advenedizos. Pareciera que les molesta que alguien se esté movilizando sin su tutela. Desde el sectarismo de su propia marca (ya sea un partido comunista, un sindicato o un movimiento de liberación nacional) miran, envidiosos, cómo de repente cientos de miles de personas hartas de estrecheces ideológicas salen a las calles.

Los hay también que, cortitos de vista, apoyan el movimiento pero sólo para llevarlo a su terreno. Exponiéndolo a un riesgo de suicidio, como el que, por ejemplo, supondría la convocatoria de una huelga a espaldas de los sindicatos mayoritarios (sí, sí, muy corruptos y bla, bla, bla... pero a fin de cuentas bastante mayoritarios).

Unos claman al cielo preguntándose por qué el Movimiento 15-M entrega el poder a Rajoy al no pedir claramente el voto a la izquierda. Otros intentan que se posicione activamente a favor de la abstención, en la mejor de las tradiciones anarcosindicalistas. Ninguno de ellos se para a pensar que si el Movimiento siguiera sus sabios consejos -ya sean lanzados desde IU o desde la CGT- no tendría esa capacidad aglutinadora y ese seguimiento que está adquiriendo. Sino el de una IU o el de una CGT... Es decir, cuatro gatos (y bajando)...

En fin, ya sé que hoy me caerán palos por todos lados. Qué le vamos a hacer, no me viene de nuevas... Espero no haberme dejado a nadie...