jueves, 10 de marzo de 2011

El aborto de la Fiscalía General

Si Sortu, la nueva candidatura de la izquierda abertzale, no está en las elecciones municipales del 22 de mayo, por mi parte no cabrán más dudas: están terminando con el Estado de bienestar y ahora van por a por su segundo plato, el Estado de Derecho.

Desde 2002 impera en el Estado español una Ley de Partidos diseñada ad hoc para privar de su derecho al voto a entre el 10 y el 20% de la población vasca y entregar el Gobierno autonómico en bandeja de plata a un partido nacionalista español y minoritario, el PSE. Pues bien, tras años de ilegalidad pese a rechazar "todas las formas de violencia", la nueva formación al fin presenta unos estatutos que cumplen exquisitamente las humillantes condiciones que les han sido impuestas -incluida una condena explícita de la ETA.

¿Está el Estado dispuesto a cumplir su propia ley? Va a ser que no. Esta semana el Tribunal Supermo ha admitido a trámite la demanda de su ilegalización presentada por la Fiscalía y por la Abogacía de Estado (o sea, por el PSOE, para dejarnos de ficciones jurídicas).

La Fiscalía, en un requiebro surrealista, aduce, por ejemplo... la falta de posicionamiento de Sortu respecto a las detenciones de etarras de la semana pasada... O sea, no bastándoles que se condene a ETA... ¡quieren que Sortu aplauda a las fuerzas de seguridad! Las mismas, dicho sea de paso, que acaban de llevarse dos condenas por no investigar torturas a presos en el Tribunal de Estrasburgo. Por no hablar ya de que están saboteando la tregua verificable y permanente de la organización armada, contabilizando 28 detenidos desde que fue proclamada. La están saboteando tal como ya hicieron la última vez, con el triste resultado del atentado de Barajas.

Otras "pruebas" contra Sortu son tales como que el alcalde de Elorrio, electo por ANV, hubiera pedido al Parlamento Europeo su legalización. O su ausencia de simbología (!) que obedece, según el Ministerio Público, al afán de desvincularse gráficamente de Batasuna (???).

Éstas, más que pruebas, parecen del todo un chiste. Otras sí apuntan de forma más seria a una relación de Sortu con Batasuna. Pero, aunque así fuera, siempre me queda una duda residual en todo este asunto... Si Batasuna es ETA... y si Sortu es Batasuna... y si da igual quién y cuándo condena y el qué... ¿cómo es que no están todos en la cárcel por pertenencia a banda armada?

La respuesta es evidente. Porque aquí a nadie interesa lo más mínimo cumplir la ley. Ni hacerla cumplir. Ni la justicia. Ni la verdad. Ni la democracia. Ni los derechos humanos. Ni que no haya más muertos.

Lo único que les interesa es el poder. Hasta ahora, para mantenerlo, han necesitado guardar unas mínimas apariencias, el llamado Estado de Derecho. ¿Lo siguen necesitando? Pronto lo sabremos.

De momento, está claro que, termine Sortu (nacer en euskera) de ver la luz o no, el único aborto aquí es el Sr. Conde-Pumpido. Su cara de aborto y sus argumentos de aborto a las claras lo demuestran.

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