martes, 28 de septiembre de 2010

La plaga de nuestros días

La miopía es la plaga de nuestros días. Miopía voluntaria y asumida con cinismo egoísta en unos casos, con resignación en otros.

Intercambiando opiniones sobre la huelga general con un colega, me he encontrado con "argumentaciones" como esta:
yo creo más bien poco en los servicios sociales ya que no los uso.
pero eso personalmente, pero si pienso globalmente son imprescindibles.
estoy de acuerdo.
pero mira yo prefiero que mi 40% de mi sueldo bruto me lo den a mí que ya me encargaría de buscarme la vida. porque no me creo nada más que lo que veo. así de corta tengo la vista.
Nada excepcional, una opinión muy generalizada, sobre todo entre perceptores de rentas altas y medias-altas. No les gusta pagar impuestos porque creen que no usan los servicios sociales. O mejor dicho, les encanta pensar que no lo hacen porque van a la sanidad privada y llevan a sus retoños a colegios privados donde estos no se mezclan con la chusma.

Quizás, aunque no me conste, también se pagan de su propio bolsillo las calles por las que conducen y pasean y los aeropuertos de los que despegan los aviones. Yo pensaba que todo eso era dinero público.

Pero igual me estaba equivocando y la policía que patrulla sus calles (y reprime a obreros cuando éstos se hartan de aguantar la injusticia) tampoco está pagada con impuestos. Ni los juzgados que aplican el sistema normativo que, aunque no se den cuenta, les ahorra muchos quebraderos de cabeza...

Y no habría problema quizás con que se quedasen con su IRPF si se pagaran con él el sistema de enseñanza pública sin el cual los trabajadores que sostienen toda nuestra compleja economía no sabrían ni hacer la O con un canuto. O el sistema de salud que evita unas tasas de mortalidad infantil tercermundistas como las que tiene EE UU. ¡Uy! quizá allí se me haya escapado un toque demagógico: no sé cómo se me ocurre sugerir que gente con sueldos que rondan el medio kilo al mes debería también acordarse de vez en cuando de los niños de aquellos que no pueden pagarse un hospital privado... Por un momento, se me ha olvidado lo demagógico que es apelar a la solidaridad y al altruismo... Intentaré no caer más en ese error.

También, para ser justos, esa gente que no quiere pagar impuestos debería pagarse sus propias bajas por enfermedad o por paternidad y no permitir la humillación de ser subvencionados por una Seguridad Social pública. Tendrían que pasarse la vida rezando para que no les tocara en suerte un hijo minusválido o una invalidez permanente que les impidiera trabajar y les obligara a ponerse en la calle con una mano por delante y otra por detrás... Pero, oye, es un riesgo razonable por no pagar impuestos... O a lo mejor creen, como dicen a veces los curas, que esas son cosas del castigo divino y sólo pasan a los malvados. Con lo que sería suficiente ir a misa los domingos... Seguridad Social, ¿pa qué?

La degradación social y ecológica va a la par con la degradación de lo público, no hay que ser muy listo para entenderlo. Es casi una afirmación circular.

Pero también es verdad que la miopía y la avaricia no entienden de argumentos. Son tan autosuficientes que ni siquiera se acuerdan de quién les da de comer. Porque el caso es que este coleguita mío cobra su sueldo de la subcontrata de un Ministerio. Y su pareja del Ministerio mismo. Es decir, que viven, más que nadie, de las arcas públicas, de los impuestos que pagamos todos...

Pero en fin... así están las cosas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

... más vale que tu amigo vaya pensando algo para suicidarse... no sé... sobre los 40 o así. Porque aunque haya sido bendecido con un buen sueldo y no tenga hijos discapacitados, algún día será viejo. Y sus padres también. Nadie escapa de estar entre los jodidos alguna vez