miércoles, 16 de febrero de 2011

La nefasta división del trabajo I

Que sí, ya lo sé, la fábrica de alfileres, tal y cual...

Creo que tenemos bastante interiorizada la conciencia de lo eficientes que nos hace la división del trabajo. De lo que quiero hablar aquí es de lo infelices que nos hace. De lo incompletos que somos por su culpa. De cómo es un obstáculo para nuestra realización. De cómo nos convierte en seres sin visión, sin comprensión de las cosas. En monstruos deformados con unos órganos atrofiados y otros hipertrofiados. Independientemente de si nuestra propia posición en la llamada escala social se ve favorecida por ella o no.

Los argumentos igualitaristas no están de moda ni siquiera entre las personas de izquierda. Pero no estará de más recordar también que la división del trabajo, o al menos ciertas formas de la división del trabajo, son causa y consecuencia de injusticias y graves desigualdades.

Determinados roles colocan a ciertas personas en nudos de poder. El círculo se cierra cuando ellos utilizan ese poder para decidir sobre la propia reasignación de roles (por tanto, de poder). El sistema tiende a reproducirse en una dinámica en la que el reparto de roles es muy poco inocente y alejado de los ideológicamente proclamados criterios de la meritocracia. Volviéndose en ocasiones… abiertamente ineficiente sin que haya ningún correctivo del mercado que valga.

La nefasta división del trabajo II: trabajadores manuales y trabajadores intelectuales

La nefasta división del trabajo III: tareas productivas y tareas reproductivas

La nefasta división del trabajo IV: la compartimentación del saber

La nefasta división del trabajo V: los argumentos a favor de la división del trabajo

4 comentarios:

Pepe dijo...

"Ya sé lo de los alfileres y tal y cual"

¡Al infierno por blasfemo!

Alberto Lumbreras dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Alberto dijo...

Espero con impaciencia las siguientes entregas de la serie y aprovecho para salir del armario y declararme abiertamente muy fan de este blog que espero que siga activo por mucho, mucho tiempo.

Salut compañero!
Alberto

Antonio dijo...

Gracias, Alberto! Escribo sin aspiraciones, sólo por el gusto de escribir, pero siempre mola saber que hay a quien interesa!

Salut!