martes, 8 de febrero de 2011

Caminando

En la montaña, la mayor parte del tiempo hay que mirar dónde se pone el pie. Si no, te tropiezas a cada paso y no puedes avanzar. Además, de tanto mirar la cima, se te olvida que lo importante es caminar. La ansiedad por llegar hace que el esfuerzo se haga eterno y desesperante.

Pero de vez en cuando hay que levantar la cabeza para planificar la forma más fácil para subir. O, entretenido en avanzar, acabas entre zarzales o trepando inútilmente por rocas. Desgastándote inútilmente.

Y también hay que pararse a mirar el mapa. Si es que te interesa algo saber dónde estás, adónde vas a llegar, o cómo deberás volver. Si no te quieres perder en el camino, vamos...

Vivir momento a momento. Pensar en cuál es el camino más eficiente. Nunca olvidar los objetivos. Como la vida misma...

1 comentario:

Little dijo...

Lo que te decía, esas comparaciones son propias de literato eh? y si me apuras de poeta!