domingo, 10 de enero de 2010

Una caricatura del racionalismo


La razón como antítesis de la emoción. Una absurda y obviamente imposible negación de lo subjetivo es lo que ofrece el estereotipado racionalista Dr. House. La serie no hace sino ahondar en una caricatura de la razón que encanta a sus adversarios: argumentos simplistas y un duro dogmatismo. Es sintomático el recurso hasta rozar el sinsentido a argumentos genéticos: constantemente esto o aquello resulta ser "por imperativo evolutivo". Refleja el deseo de reforzarse con la robustez de los argumentos biológicos, simples y fuertes. Pero finalmente sólo consigue poner la ciencia, la razón, antidogmática por definición, al mismo nivel que las demás ideologías, religiosas o no.

Por otra parte, el personaje de House es una prueba "viviente" de que el ateísmo es amargura y la lógica es crueldad. Tras cada enfrentamiento con un irracionalista -religioso o no- todo termina en "sí, supongo que tienes razón, pero me da igual porque yo soy feliz y tú un infeliz, House" o "no tengo argumentos, pero mi vida tiene un sentido y la tuya no". Este estereotipo imbécil de racionalista incluye por supuesto el "yo no creo en nada". Evidentemente todo el mundo cree en algo, por eso ningún racionalista mínimamente en sus cabales utilizaría esa autodefinición. Sin embargo, House la utiliza, dando fácilmente pie a un "por eso vives tan atormentado".

Por último, House ha dado lugar a una tropa de seguidores que se identifican en serio con él. A fin de cuentas, es un tipo fuerte, duro, que no necesita a nadie, que anda solo por la vida (¡pero porque quiere, eh!), pegando cortes a diestro y siniestro, siendo siempre él mismo, y por supuesto (casi) siempre ganando, (casi) siempre teniendo razón. Es una imagen muy atractiva que a más de uno le gustaría dar de sí mismo. Pero esos minihouses se dejan llevar por la ficción de la serie y olvidan con facilidad, en su fantasía, lo que sería en la vida real House. Que, por muy genial que fuera, tendría ya los huevos morados por las patadas que se habría llevado a causa de sus comentarios machistas. O que, con toda probabilidad, se habría cargado ya un montón de gente y estaría en la cárcel o en un psiquiátrico. En lugar de babear por los pasillos tras las lujuriosas nalgas de la Dra. Cuddy.

A ver, que no estoy criticando la serie. Está muy bien hecha, engancha, es original. Que yo sólo quería hacer una breve referencia a las ideologías que habitan en la sociedad y en los medios norteamericanos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Sí pero...¡mola un puñao!

Pd: sé que no es muy productivo :-)