miércoles, 1 de junio de 2011

Noche y día

A veces me siento personas completamente diferentes por la mañana y por la noche.

Me levanto con una energía descomunal. No quiero ni fumar, ni comer, ni beber... No es sólo que tenga la determinación consciente de no dejarme llevar por los vicios -que también-, sino que simplemente no me apetece, no me entra... Me da asco pensar en la comida, en el alcohol y en el humo del tabaco (sobre todo, en el humo del tabaco).

Mi cuerpo se siente fuerte, vigoroso, vivo, optimista, capaz de afrontar cualquier vicisitud. Los músculos me obedecen, la cabeza piensa con claridad y fluidez. Corro mirando incluso con algo de compasión a esas personas medio dormidas, arrastrando los pies, o a esas otras que prenden el cigarro antes incluso de haberse tomado el café, abordando tan temprano esa tarea cotidiana de autodestrucción que llaman vida. Luego camino al trabajo con la cabeza bien alta, disfrutando de cada paso, de cada bocanada de aire...

Trabajo, como, me echo media hora, recojo la casa, estudio, saco al perro...

Cuando llega la noche me encuentro con que el día prácticamente ha terminado: me queda una triste hora de vida. Tengo la vista cansada y el cerebro me pide a gritos una inyección rápida de endorfinas... Me tomo una copa, quizás otra y quizás otra más. Cocino algo rápido, para no recortar más aún el tiempo de descanso, a ser posible con mucho picante y queso derretido. Y pongo algún capítulo de alguna serie imbécil confiando en que el alcohol me haga efecto pronto para poder reír con sus chistes para retrasados mentales...

Eso si no hay visita. Cenar con gente es todavía peor porque ni siquiera deja margen para esa media hora de desconexión cerebral antes de dormir y va acompañado de una compulsiva ingesta de pitillos. Además siempre conlleva la tentación de prolongarlo un poco más, hasta que la hora deja de importar... con dramáticas consecuencias para el día venidero...

Al menos me duermo rápido, de tan cansado que estoy por haberme levantado a las 6...

3 comentarios:

Pepe Ventura dijo...

Cada día más mariquita...

Antonio dijo...

tú eres el de la izquierda o el de la derecha de la foto?...

Pepe Ventura dijo...

La duda ofende. A mí no me gustan las gorras.